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Manel Temprado. Praxis Racional, o cómo provocar la reflexión en el otro

Comentario del video de Ran Lahav

Ran Lahav


A decir verdad, me siento bastante identificado con Ran Lahav. Llega al mundo de la filosofía buscando respuestas sobre la vida, la vida real que le rodea y de la que él forma parte, y la filosofía es aquella disciplina que se plantea preguntas sobre la vida real y, en la medida de lo posible, intenta hallar respuestas.

Pero, una vez enfrascado en el estudio de la filosofía, se percató que su desarrollo no era tan “real” como deseaba. Era un modo de entender la filosofía de una manera muy teórica y abstracta, a pesar de que la filosofía hablaba de la vida, era muy difícil vivir esa filosofía. No se podían aplicar esos conocimientos a la propia vida.

Así que la pregunta por la cual cursó filosofía seguía sin respuesta, “¿cómo vivir la vida?” Intentando responder a esa pregunta, Lahav entra en contacto en 1992, en Israel, con uno de los primeros grupos que empiezan a trabajar en una nueva disciplina denominada Philosophical Practice. Traducción al inglés del término acuñado por el filósofo alemán Achenbach: Philosophische Praxis und Beratung.

La idea principal de Achenbach era llevar la filosofía, el pensamiento filosófico a la vida cotidiana. Que las personas sin una formación filosófica pudieran acercarse a los conocimientos cosechados por 2500 años de tradición. Para llevar a cabo este acercamiento, Achenbach tomó prestado el marco de trabajo usual en las psicoterapias. Se abría un espacio dónde un cliente “visitaba” al filósofo y le exponía sus problemas/dilemas/cuestiones y el filósofo le intentaba ayudar. Esta manera peculiar de aplicar la filosofía marcó el desarrollo ulterior de la disciplina, haciendo de la nueva disciplina una suerte de Philosophical Counselling. Se utilizaba la filosofía para resolver los problemas cotidianos de las personas. Lahav esta visión de la disciplina como visión de la solución de problemas.

Para Lahav, la filosofía era algo mucho más profundo y elevado. La concibe como una búsqueda de la sabiduría, una búsqueda de algo más profundo y elevado consistente en una indagación personal con el objetivo de llevar una vida más profunda y consciente de sí misma.

Lahav apostará por una evolución de la disciplina, desde el primer paradigma terapéutico acuñado por Achenbach, postura también continuada por muchos otros, como Marinoff en EE.UU, Peter Raabe en Canadá, o Tim Lebon en Inglaterra. Todos ellos muy próximos a la disciplina ya existente y conocida como “terapia cognitiva”, según Lahav todos estos “consejeros filosóficos” no hacen otra cosa que terapia cognitiva, dónde la finalidad es muy clara, se busca la felicidad del cliente, independientemente de si la reflexión que se lleva a cabo sea profunda o no, lo realmente importante es que el cliente salga feliz de la consulta.

Para Lahav, la filosofía no busca la felicidad, sino la sabiduría. Por ello, la finalidad de la filosofía no es resolver problemas, sino plantearlos. Este planteamiento del problema conlleva un desarrollo de nuestra autocomprensión, al ser más conscientes de nuestra posición en el mundo, haciéndonos ser más conscientes de las cuestiones básicas con las que nos enfrentamos en la vida, en nuestra vida cotidiana estamos respondiendo todo el tiempo a cuestiones filosóficas básicas, no sólo en nuestros pensamientos, sino también en nuestras elecciones, en nuestras emociones, en nuestras esperanzas y anhelos. Esta segunda visión de la Filosofía Práctica tendría como objetivo exponer nuestras respuestas cotidianas a cuestiones filosóficas básicas. El objetivo es que seamos filósofos en nuestra vida cotidiana, que estemos filosofando a través de nuestras emociones, a través de las decisiones que tomamos, a través de nuestro comportamiento.

Sin embargo, Lahav no se queda contento con esta segunda visión. Si la aspiración es a la sabiduría, no podemos contentarnos con el desarrollo de nuestra autocomprensión, hemos de trascender este ámbito y elevarnos en el conocimiento hasta alcanzar la sabiduría. Lahav comenta que este plano también se denomina Bildung, que significa “formarse” o “educarse a sí mismo”. La idea de esta tercera visión es que la filosofía nos puede transformar y poner nuestra vida en diferentes coordenadas si es que la filosofía se puede convertir en nuestro modo de vida, no simplemente en algo con lo que miramos la vida en la oficina del Consejero. La idea es que puedo vivir filosóficamente, no sólo pensar filosóficamente sobre mi vida.


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